La experiencia nacional demuestra que aquellas empresas que implementan de manera adecuada un SGE, logran ahorros energéticos que en promedio llegan al 4, 5% al año, lo que se evidencia directamente en los resultados financieros de las empresas.

Por Juan Pablo Payero, jefe de Industria y Minería de la AgenciaSE.

El sector agroindustrial realiza esfuerzos importantes por hacer más competitivos sus procesos a través de la inclusión de tecnologías más eficientes y la incorporación paulatina de Sistemas de Gestión de la Energía (SGE), pero, muchos de estos esfuerzos nacen de manera voluntaria o bien, por la inquietud de algunas organizaciones por levantar iniciativas que permitan dar mayor rentabilidad a sus productos al reducir la cantidad de energéticos utilizada en su producción.

Pese a ello, el sector requiere realizar un trabajo más sistematizado y ordenado como rubro, convirtiendo las iniciativas puntuales de algunos, en el trabajo colaborativo de todos. La inclusión de eficiencia energética en los procesos productivos sólo producirá ahorros efectivos si se cuenta con una real conciencia de la operación y mantenimiento que éstos demandan. Es por lo anterior que la mirada que el sector debiese tener, de cara a aumentar su productividad, competitividad y sostenibilidad; es aquella que aúne no sólo la gestión energética, sino también la gestión de riegos, de activos y por supuesto la excelencia operacional.

En este contexto, es necesario tener presente que el ahorro energético no sólo dependerá de qué tan eficiente sea el equipo o la tecnología que se instale, sino de cómo esté controlada la operación de ésta. No basta con tener un equipo de alta eficiencia si este funcionará en condiciones ineficientes.

Por otro lado, es necesario tener presente que lo importante es identificar dónde están los principales consumos de energía y hacer gestión con esta información, es decir, identificar cuáles son los sistemas que más energía consumen y sobre eso identificar dónde hay más potencial de mejora. Al identificar dicho potencial se puede actuar y priorizar la implementación de medidas de eficiencia energética. Para ello, y como paso inicial es recomendable realizar una Auditoría Energética en las instalaciones de cada empresa y para ello, una herramienta importante que podrá ser de mucha ayuda para las para este rubro y cualquier otro, son las guías metodológicas para la realización de auditorías energéticas. Estas guías, disponibles desde el sitio web www.programaenerguias.cl en forma gratuita.

Desafío fundamental

Además de lo anterior, el principal desafío de las empresas en la actualidad es avanzar en la gestión energética que hacen en sus instalaciones. Es decir, el desempeño energético de las organizaciones, sin sacrificar la calidad de la operación.

Gestionar la energía es, sin duda, la clave para aumentar la productividad y sostenibilidad de las empresas y es por eso que en la actualidad se ha transformado en una política pública incorporada en la hoja de ruta del Ministerio de Energía. De esta forma, como organización apoyamos la masificación de los Sistemas de Gestión de la Energía (SGE) y del reconocimiento de las empresas que han optado por, a través de la EE, ser más competitivas y sustentables.

La experiencia nacional demuestra que aquellas empresas que implementan de manera adecuada un SGE, logran ahorros energéticos que, en promedio, llegan al 4, 5% al año, lo que se evidencia directamente en los resultados financieros de las empresas, si es que estas son capaces de transformar esos ahorros en flujos efectivos de energía. Esto, junto a la reducción de impactos ambientales negativos, es la principal razón de porqué el desafío de la eficiencia energética es de todo el sector Agro y en cualquier otro rubro comercial.

En Chile todas las empresas, y sobre todo las de mayor tamaño y consumo de energía, deberían de comenzar la implementación de Sistemas de Gestión de la Energía, sumándose a las casi 50 compañías que hoy en Chile contarán con un certificado ISO 50001, estándar que establece los requisitos para la implementación de un SGE. Para lo anterior, la Agencia pone a disposición de las organizaciones un cofinanciamiento no reembolsable de hasta 18 millones de pesos para la implementación de SGE, y no sólo eso, además entregamos asistencia técnica gratuita para que más empresas se sumen al desafío de la gestión energética.

Estamos en un año que será históricamente recordado en nuestro país, en primer lugar por el desarrollo de la COP25 en diciembre; evento que seguramente provocará que este país no sea el mismo en términos de cómo enfrentamos el cambio climático; y en segundo lugar, porque estamos muy avanzados en tener la tan esperada ley de Eficiencia Energética, que será un driver relevante para que las empresas más energointensivas se sumen al desafío de ser más eficientes energéticamente.

Recordemos que en gran medida la competitividad va a estar dada por la eficiencia energética, pero esto es sólo el comienzo. La generación de energía en base a fuentes limpias puede generar un impacto en la imagen o agregar valor al producto final y eso las empresas del país lo saben. El llamado es a pensar más allá del componente económico y comprender que hay beneficios que se traducen también en valor agregado, por ejemplo, en términos reputacionales, de diferenciación respecto de la competencia o de acceso a nuevos mercados más exigentes.

Fuente: La Tercera

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