Gran parte de la infraestructura escolar pública en nuestro país, sufre de deficiencias en confort térmico debido a una envolvente ineficiente, lo que afecta negativamente las condiciones de aprendizaje y la calidad de vida de estudiantes, docentes y la comunidad educativa.
Conscientes de esta realidad, el Ministerio de Energía y la Agencia de Sostenibilidad Energética han impulsado desde 2020, proyectos de acondicionamiento térmico en establecimientos educacionales. Estas iniciativas buscan mejorar la infraestructura, reducir los costos energéticos y contribuir al proceso de descarbonización del país. En esta línea, durante 2025 se desarrollará el primer proyecto piloto en conjunto con JUNJI, con el objetivo de demostrar su impacto y facilitar su futura replicabilidad en otros jardines infantiles.
En este contexto, y con el objetivo de trabajar con y para la comunidad, se llevó a cabo un Taller Participativo con la comunidad escolar en el Jardín de Infantes y Sala Cuna Manantial, en la comuna de La Florida, región Metropolitana. Esta instancia buscó integrar a los beneficiarios en el diseño e implementación del proyecto, fortaleciendo la pertinencia territorial, el diálogo y la articulación local.
El primer Taller Participativo se centró en la temática de Energía y Confort, en el marco del Piloto de Implementación de Acondicionamiento Térmico en establecimientos JUNJI. La iniciativa es liderada por el área de Infraestructura Local y Edificaciones, con el apoyo en su diseño pedagógico, por las áreas transversales de Educación, Género y Desarrollo Territorial, dentro del programa Mejor Escuela.
La actividad tuvo como propósito reflexionar y recoger percepciones sobre el confort térmico, ventilación, iluminación natural y calidad ambiental interior, considerando la experiencia cotidiana del equipo pedagógico. Durante la jornada las y los participantes trabajaron en grupos sobre los planos del establecimiento, identificando problemáticas y oportunidades de mejora vinculadas al uso de la energía y las condiciones de habitabilidad. Entre las inquietudes más recurrentes destacan las temperaturas extremas en verano e invierno, insuficiente ventilación en ciertos espacios y condiciones de baños fríos.
Asimismo, se informó a la comunidad educativa sobre las intervenciones contempladas en el proyecto y se dio espacio a las educadoras para elegir los colores interiores de todas las salas, incorporando su visión en la identidad del jardín.
Este diagnóstico participativo permite orientar las intervenciones en función de las necesidades, con el fin de generar ambientes más confortables, saludables, eficientes y sostenibles para niñas, niños y la comunidad educativa.