Por Ignacio Santelices Ruiz, director ejecutivo de la Agencia de Sostenibilidad Energética.
Todos los días, a las 18:00 horas, se encienden en Chile miles de generadores diésel en empresas, comercios y otros establecimientos, de todos los rubros y tamaños. A esa hora, comienza la hora punta; el momento del día de mayor consumo eléctrico. Además, coincide con la hora en que empieza a bajar la generación solar, y empiezan a entrar las fuentes térmicas a cubrir la demanda.
No hace falta señalar los impactos ambientales –contaminación local y emisiones de gases de efecto invernadero– además de la ineficiencia energética de desconectarse del sistema eléctrico nacional para autogenerar con sistemas de baja eficiencia.
En el camino a la meta de carbono neutralidad al 2050, es clave la incorporación de energías renovables y almacenamiento que aseguren un suministro continuo, reemplazando definitivamente el uso de combustibles fósiles. Por esto es tan importante el hito que ocurrió a principios de esta semana, la inauguración de Cerro Dominador, la primera planta termo solar de la región, que nos permitirá contar con energía 100% renovable 24/7.
Sin embargo, alcanzar la carbono-neutralidad está aún muy lejos. De acuerdo con los informes de la Agencia Internacional de Energía, los compromisos asumidos a la fecha por los países, no son suficientes para lograr la carbono-neutralidad global al 2050 y limitar el aumento de temperatura a no más de 1,5°. En este sentido, debemos seguir avanzando en ser más eficientes en el uso de la energía; reemplazar combustibles fósiles por electricidad limpia e hidrógeno verde; desarrollar de proyectos renovables a gran escala, de sistemas de almacenamiento para asegurar el suministro renovable 24/7 e infraestructura de transmisión para llegar con la energía a los centros de consumo y; fomentar la generación distribuida.
Respecto de la generación distribuida, en la actualidad existen casi 8.000 instalaciones en todo el país, aportando algo más de 80 MW de capacidad instalada –un 0,3% de la capacidad instalada total-. Este año, a partir del programa Casa Solar de la Agencia de Sostenibilidad Energética y el Ministerio de Energía, se incorporarán más de 3.000 instalaciones adicionales en hogares de todo el país, desde Arica a Punta Arenas.
La caída sostenida en los precios de los paneles solares –en 2017 el KW costaba por sobre los US$2,2 y hoy menos de US$1,5 -, la aparición de líneas de financiamiento especiales, como el crédito para eficiencia energética y energías renovables de Banco Estado, además de políticas públicas como Casa Solar, permitirán aumentar significativamente la penetración de esta tecnología en los hogares de nuestro país.
Hasta hace tan solo 5 años, en Chile los hogares y empresas sólo podíamos ser consumidores de energía: la electricidad llegaba a nosotros desde la red de distribución. Desde el año 2016, podemos ser “prosumidores”, es decir, podemos consumir energía de la red, pero también podemos producir nuestra propia energía e inyectar los excedentes a la red. El próximo paso, será convertirnos en “gestionadores” de energía. Además de consumir energía de la red o producirla en nuestros hogares, podremos almacenarla y consumirla o inyectarla a la red, cuando queramos.
Esta transición a ser gestionadores de energía viene de la mano con la caída sostenida en los precios de las baterías y de la irrupción de la electromovilidad, puesto que un vehículo eléctrico tiene una batería capaz de almacenar suficiente energía para abastecer un hogar promedio por una semana. En la Agencia de Sostenibilidad Energética instalamos el 2019 el primer cargador bidireccional de vehículos eléctricos en Latinoamérica, que nos ha permitido optimizar los consumos y gasto en energía de nuestras oficinas, utilizando la batería de un auto eléctrico, lo que se suma a los beneficios ya conocidos de la electromovilidad y que la hace aún más atractiva. Este modelo puede replicarse no sólo en hogares, sino también en empresas o comercios que cuenten con flotas de vehículos eléctricos.
La senda de la sostenibilidad es irreversible. Sabemos con certeza que abandonaremos el uso de los combustibles fósiles, para reemplazarlos por más eficiencia energética, energías renovables e hidrógeno verde. Sin embargo, qué tan rápido avancemos por esa senda y si seremos capaces de hacerlo en forma oportuna para evitar el “desastre climático”, dependerá de nuestras decisiones individuales y colectivas; de las políticas públicas que se implementen hoy y en los próximos años; de la innovación tecnológica y; de que seamos capaces de generar un cambio cultural que apueste por crear valor en el largo plazo vs las ganancias inmediatas.
Tal como señaló Bill Gates la semana pasada en la conferencia mundial de energías limpias –CEM12/MI6- organizada por Chile, evitar el desastre climático es uno de los retos más difíciles que enfrenta la humanidad. Al igual que Bill Gates, muchos somos optimistas respecto a que lograremos evitar el desastre climático, pero se requiere pasar, de los planes e intenciones, a la acción.
Fuente: El Mercurio