Crear capacidades en eficiencia energética es clave para el desarrollo sostenible. ¿Cómo distinguir un buen programa de estudio en la educación superior?

Según el Ministerio de Energía, un 35% de las reducciones de gases de efecto invernadero que se ha planteado Chile para lograr la carbono neutralidad al 2050, se puede alcanzar a través de acciones de eficiencia energética (EE). Esa sola cifra da cuenta del enorme aporte que esta práctica puede hacer al país para afrontar los desafíos que plantean el cambio climático y el desarrollo sostenible. Por lo mismo, contar con profesionales y técnicos capacitados en esta materia resulta clave. Bien lo saben en las Instituciones de Educación Superior (IES) que en los últimos años han ido incorporando esta temática con más fuerza en sus ofertas de pregrado y postgrado.

En ese contexto, cabe preguntarse: ¿cómo distinguir un buen programa de estudios sobre la materia?, ¿qué contenidos mínimos debiera entregar? A continuación, presentamos algunas orientaciones al respecto.

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“Durante los últimos años las Instituciones de Educación Superior de nuestro país han experimentado cambios significativos en sus programas de estudios, ya sea creando o ajustando sus programas para incorporar líneas temáticas relacionadas con las energías renovables y la eficiencia energética. Sin duda, esto es un avance ante el desafío que nos impone como sociedad el cambio climático y la necesidad de hacer las cosas de una manera distinta. Si mantenemos las capacidades actuales, los resultados seguirán siendo los mismos, por lo que debemos lograr que todas las instituciones formen profesionales y técnicos con habilidades cada vez más demandadas en estos ámbitos. En este sentido, el rol de la formación técnica profesional y las Instituciones de Educación Superior es clave, tanto como centros de investigación, como también para crear capital humano con visión de futuro, flexible y abierto a nuevas tendencias, que permitan alcanzar las metas de carbono neutralidad que tanto el país como las empresas han empezado a definir”.

Las palabras pertenecen a Ester Espinoza, profesional de la Línea Educación de la Agencia de Sostenibilidad Energética (AgenciaSE), entidad que ha participado de diversos proyectos para apoyar a las IES en esta tarea. Un ejemplo es la asesoría y acompañamiento a equipos docentes en más de 40 programas de estudios, “en los cuales hemos contribuido entregando una mirada externa para actualizar propuestas formativas, con la finalidad de fortalecer técnica y curricularmente la formación de técnicos y profesionales que luego de nuestra asesoría podrán incorporar dentro de su quehacer laboral criterios y competencias en energía”, comenta.

En relación a las materias esenciales que debiera considerar un programa de estudios sobre eficiencia energética en la educación superior, la profesional señala: “Contenidos sobre sistemas consumidores de energía, medidas de eficiencia energética, auditorías energéticas, medición y verificación de ahorros y sistemas de gestión de la energía. Estos tres últimos aspectos están vinculados directamente con la Ley 21.305 sobre Eficiencia Energética, promulgada en febrero de 2021 y que se espere entre en régimen en unos meses más con la promulgación del reglamento (aún en trámite). Estas bases conceptuales permitirán a quienes logren los aprendizajes propuestos y correctamente articulados, entender el contexto energético nacional y estar preparados para asumir los compromisos que la nueva ecuación del desarrollo hoy nos impone para ser sustentables”.

A juicio de Ester Espinoza, todas las áreas de pregrado deberían integrar la mirada energética, con más o menos intensidad, dependiendo del foco del desempeño profesional. “Se hace evidente que áreas como las ingenierías, las ciencias, arquitectura y construcción deben asumir ‘ya’ el desafío de incorporar en sus currículum o planes de estudios temas normativos, de eficiencia energética, de innovación y de energías renovables; que permitan formar el capital humano y gestionar el talento que la transición energética necesita. Sin embargo, como sociedad requerimos de más ciudadanos que promuevan la sostenibilidad energética, y eso determina que las nuevas generaciones entiendan y lleven a la práctica, desde sus distintos oficios o profesiones, aspectos vinculados con los criterios de desarrollo sustentable, los cuales no discriminan personas, carreras ni tipo de formación técnica o profesional”, plantea.

En ese contexto, sostiene que todas las IES debieran comenzar a impartir asignaturas transversales que promuevan aprendizajes vinculados con la energía. “El mejor ejemplo lo podemos demostrar con la gran tarea que hoy realizan técnicos/as y educadoras/es de párvulos quienes desde la formación inicial logran enseñar a nuestros hijos el cuidado del medio ambiente y concientizar sobre el uso de la energía”, grafica.

Postgrados

Son numerosas las Instituciones de Educación Superior que también ofrecen postgrados especialmente dedicados a la eficiencia energética. ¿Cómo se puede distinguir un buen programa al respecto?

La representante de la AgenciaSE responde: “Desde nuestra visión externa, un buen programa de postgrado es aquel formulado por una IES que esté muy vinculada al desarrollo de proyectos de energía, donde el equipo docente posea experiencia actualizada en la implementación de proyectos en energía y en el trabajo hacia nuevas tendencias; y cuyo equipo de formadores no sólo esté integrado por académicos, sino también por mujeres y hombres que hoy lideren el tema a nivel de empresas u organizaciones vinculadas al sector”.

Añade que otro aspecto a considerar es el diseño curricular, el cual debe ser construido de manera socializada con actores del sector y permitir que los estudiantes aprendan lo que el mercado necesita, mediante acciones formativas y didácticas que promuevan la vinculación con el mercado, la innovación y el emprendimiento en función de aprendizaje colaborativo. “La creación de redes entre pares y con empresas permitirá abrir oportunidades laborales que constituyen un valor agregado al plan curricular”, acota.

También pone énfasis en que los programas de postgrado integren los contenidos que hoy son claves para nuestro país y entreguen espacios para abordar nuevas tendencias. Y que las IES tomen en cuenta la diversidad de recursos energéticos que dispone Chile y desarrollen las competencias sociales que la transición energética necesita, ya que detrás de cada cambio tecnológico siempre hay personas o comunidades que podrían ser impactados.

Algunos ejemplos

Como entidad de educación superior especializada, el Instituto del Medio Ambiente (IDMA) fue uno de los pioneros en la incorporación de esta temática a sus planes de estudio. “Cuando lanzamos la carrera Técnico de Nivel Superior en Energías Renovables y Eficiencia Energética en el año 2008, sabíamos que un tema clave para potenciar las energías renovables era la eficiencia energética, y que para todo sistema energético lo primario es hacer un uso eficiente de la energía”, comenta Rodrigo Valdovinos.

El jefe de la carrera mencionada agrega que, desde un principio, ésta se planteó como unidades de contenidos y no sólo como una asignatura, “pues creíamos que la eficiencia energética debe ser algo intrínseco en el quehacer diario a nivel residencial, comercial e industrial”. Tras la promulgación de la Ley 21.305, incorporaron a la malla dos módulos específicos (Introducción a la Eficiencia Energética y Gestión Energética), mediante los cuales preparan a los estudiantes para iniciar un plan de acción de EE orientado a usuarios comerciales e industriales y les entregan las competencias técnicas referidas a los Sistemas de Gestión Energética (SGE).

Otro contenido importante que la carrera del IDMA sigue manteniendo se relaciona con la edificación eficiente, el cual integra el área de acondicionamiento térmico de viviendas e infraestructura. “Acá la premisa es cómo, de forma pasiva, se pueden lograr ahorros considerables en energía, sobre todo en calefacción en invierno y climatización en verano, desde la pre construcción de las infraestructuras, y cómo obtener mejoras a través del reacondicionamiento térmico”, detalla Rodrigo Valdovinos.

El académico concluye que, según su plan de estudios 2022-2024, los egresados de la carrera deben ser capaces de implementar diagnósticos energéticos, identificar y proponer medidas de eficiencia energética, y llevar a cabo los planes de acción y los SGE que llevarán a los usuarios a mejorar el desempeño energético de las organizaciones.

Las universidades tradicionales, por cierto, también han ido incluyendo esta temática a sus planes de estudio, tanto a nivel de pregrado como postgrado. El profesor Julio Vergara describe el caso de la Universidad Católica: “La Escuela de Ingeniería mantiene cursos de sistemas térmicos, conversión de energía, sistemas eléctricos, energía sustentable, transporte y otros afines donde se revisan los fundamentos de la energía, aplicada sectorialmente. La eficiencia energética se ha abordado mediante cursos optativos en programas de postgrado para profesionales como el Magíster en Ingeniería de la Energía y en varios programas de educación profesional. En nuestro caso, destaca el Diplomado en Eficiencia Energética creado hace más de cinco años, aunque también se revisan temas de eficiencia energética en áreas sectoriales en otros diplomados, como son Energía en la Minería y Energía en la Industria”.

El Jefe de Programa del Magíster en Ingeniería de la Energía agrega que la enseñanza de esta temática ha avanzado junto con el progreso tecnológico, los requerimientos de las empresas y las políticas públicas. “Siempre realizamos actualizaciones al currículum; por ejemplo, este año se incorporó la Ley de Eficiencia Energética, que ya antes se había revisado como proyecto de ley, junto con los sistemas de gestión de energía de los grandes consumidores y el plan nacional. Otros ejemplos son la incorporación de temas relacionados con la eficiencia en el transporte, en particular la electromovilidad a baterías y a hidrógeno, aplicada a sectores como la minería, redes urbanas y vehículos particulares”, grafica.

Julio Vergara menciona luego los objetivos del Diplomado en Eficiencia Energética, en particular, que apuntan a lograr que el alumno adquiera un dominio de las temáticas relacionadas con este concepto, que pueda aplicar herramientas para el uso eficiente de la energía y generar habilidades para responder a los requerimientos de distintos sectores industriales, incluyendo el transporte, la minería y la generación eléctrica. Además, se enseñan aspectos relacionados con las políticas públicas en la materia, así como con la medición y verificación, y evaluación de proyectos. “Un aspecto relevante es la realización de un proyecto de eficiencia energética que permite a los alumnos llevar a la práctica los conocimientos adquiridos en clases”, resalta.

Otra IES que ha sumado la EE a sus planes de estudio es la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI). Dafne Crutchik, académica de la Facultad de Ingeniería y Ciencias, expone: “Desde la creación de la carrera de Ingeniería Civil en Energía y Medioambiente, en 2015, la Universidad Adolfo Ibáñez comenzó a incorporar el tema de eficiencia energética (EE) en los niveles de pregrado. Específicamente, esta carrera tuvo un curso sobre el tema, el cual hoy se mantiene en la carrera de Ingeniería Civil en Energía, que se comenzó a ofrecer desde el año 2021, luego de un proceso de rediseño de la anterior”.

La directora de dicha carrera también destaca el postgrado Magíster en Tecnologías y Gestión de Energías Renovables No Convencionales que imparte la misma Facultad, donde se introducen algunas de las herramientas y técnicas de gestión de energía, incluida la auditoría energética y el análisis de datos, junto con la evaluación de opciones para mejorar la gestión de energía en locales comerciales e industriales de diversas áreas.

Dafne Crutchik plantea que en la UAI “la enseñanza de la eficiencia energética tiene una orientación clara al análisis técnico y financiero de las diferentes tecnologías que se agrupan bajo el alero de este concepto”. En ese contexto, los principales objetivos son que los estudiantes de pregrado y postgrado: conozcan y modelen las distintas formas que puede tomar la eficiencia energética en una actividad productiva; aprendan a identificar oportunidades de EE en distintos sectores e instancias; analicen cuantitativamente la conveniencia de aplicar criterios de eficiencia energética; conozcan las distintas tecnologías y prácticas asociadas a este tema, reconociendo sus ventajas y desventajas; comprendan la dualidad entre energías renovables y eficiencia energética en una aplicación real; sepan cuáles son las barreras que existen para su aplicación y las medidas disponibles para superarlas; estén al tanto de las iniciativas en políticas públicas que permiten el avance de la eficiencia energética; y puedan comparar, desde los puntos de vistas técnico y económico, las más importantes iniciativas en EE y sus potenciales.

 

APL, capacitación y competencias laborales

La Agencia de Sostenibilidad Energética apoya la incorporación de la eficiencia energética en las Instituciones de Educación Superior (IES) por varias otras vías. Primero, ha participado desde sus inicios en los Acuerdos de Producción Limpia (APL) “Campus Sustentables”, que buscan elevar los estándares de sustentabilidad dentro de la actividad educativa y tienen como uno de los objetivos específicos “reducir el consumo de energía equivalente en el total de las instalaciones adheridas”.

Además, la institución mantiene convenios de colaboración con la Red Campus Sustentable (asociación integrada por 34 IES y profesionales dedicados a la promoción de la sustentabilidad) y con el Comité de Sustentabilidad de la Universidad de Chile, a las cuales les entrega cupos gratuitos a cursos de capacitación para que sus integrantes puedan fortalecer sus conocimientos sobre la materia y aprovechar el aprendizaje colaborativo con consultores y profesionales expertos del sector. También mantiene vinculación estrecha con la Red Futuro Técnico y la Red de CFT Estatales, lideradas por el Ministerio de Educación.

La AgenciaSE también forma parte de la Mesa + Capital Humano del Ministerio de Energía e impulsa el Marco de Cualificación Técnico Profesional en Energía, herramienta que busca fortalecer las competencias laborales de los futuros trabajadores en las nuevas tendencias energéticas. Además, desde 2019, ha implementado diplomados en 7 regiones del país, 100% financiados con recursos públicos, que han permitido a 160 personas especializarse como gestores energéticos en instalaciones de bajo consumo o como auditores energéticos.

 

Fuente: InduAmbiente

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